Al retirarme, vi en mi mente con absoluta claridad que mi papel en el mundo no era determinar los acontecimientos, sino observarlos y con vulgar manera describirlos para que de ellos pudieran sacar alguna enseñanza los venideros hombres”. Estas palabras, que Galdós hace decir a Tito Liviano en La Primera República, hablan de su interés por el pasado, pues en él creía ver una enseñanza para el futuro. Reflexionar sobre la historia reciente de España era el camino para aprender de los errores y para construir un nuevo país.
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