En el segundo año de la guerra de rebelión servil que Espartaco lidera contra Roma –año 72 a.C.– Marco Licinio Craso, el Rico, asume como procónsul el mando de las legiones, para oprobio de los incapaces cónsules de ese año. Según Plutarco, uno de los legados de Craso, Mumio, enviado con dos legiones a seguir el ejército de esclavos, desobedeció las órdenes y presentó batalla, pero fue derrotado. Al replegarse, Craso ordenó separar a los quinientos hombres “que habían dado en huir y que más habían temblado, los repartió en cincuenta grupos de diez, y de cada uno de ellos hizo quitar la vida a un soldado”. Era la decimatio.
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