En la navidad de 1511, exactamente el cuarto domingo de Adviento, un fraile dominico llamado fray Antonio Montesino lanzaba desde el púlpito de una humilde iglesia de madera y paja de la ciudad de Santo Domingo, capital de las Indias, la primera protesta seria contra los repartimientos y encomiendas en el Nuevo Mundo. Denunciar el sistema establecido con el respaldo de la Iglesia defendiendo al indio, y sólo diecinueve años después del descubrimiento de América, supuso un hito en la “lucha por la justicia” y un aldabonazo para todos, desde el Rey hasta el último de los encomenderos.
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