Es cuanto puedo recordar de esta triste jornada de lucha en la que honradamente creo que la fuerza de la Guardia Civil a mis órdenes cumplió fielmente con su deber, haciendo honor a la lealtad prometida”. Así remataba José Aranguren Roldán, general de brigada de la Guardia Civil, el informe que elevaba el 26 de julio de 1936 a la Generalitat de Cataluña, a cuyas órdenes se hallaba legalmente, acerca del comportamiento de sus hombres, y el suyo propio, en la jornada del 19 de julio de ese mismo año, en la que resultaron decisivos para derrotar el alzamiento militar en Barcelona.
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