Apenas diez años componen el reinado de Sisebuto, que sucedió a Gundemaro en 612. Su antecesor había fallecido de muerte natural, circunstancia poco habitual entre los monarcas de su tiempo, y parece que el nuevo rey fue elegido por el acuerdo de los miembros más relevantes de la aristocracia militar –de acuerdo con una tradición no siempre cumplida– y del alto clero, muy activo en las labores de gobierno desde el III Concilio de Toledo, celebrado en 589.
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