No es casual que la primera edición de la Feria del Libro de Madrid tuviese lugar un 23 de abril. La fecha, vinculada a la muerte de Miguel de Cervantes, ya se había convertido en una conmemoración de la palabra escrita española. Desde 1926, las Cámaras Oficiales del Libro de Madrid y Barcelona venían celebrando un acto para fomentar la lectura y venta de libros: el Día del Libro o Fiesta del Libro. Y es que el libro era ya en los años veinte del siglo pasado centro de efervescencia política y cultural. Un nuevo espacio de socialización que con la llegada de la II República encontraría a su mejor aliado.
Respaldo institucional
Fue a petición de sus alumnos como el profesor y editor de la Escuela de Libreros de Madrid, Rafael Giménez Siles, consiguió que la Cámara Oficial del Libro de Madrid aprobase su proyecto de desarrollar una feria. Tras convencer a veinte editores de la capital, el 23 de abril de 1933 se inauguró en el Paseo de Recoletos la primera edición. Un evento que no creó la República, pero que sí se puede enmarcar en el profundo proceso de alfabetización y promoción de la cultura que estaba llevando a cabo el primer bienio azañista, con acciones tan destacadas como las Misiones Pedagógicas y su red de bibliotecas públicas, que llevaban los libros en camiones hasta el último rincón del país.
Las crónicas periodísticas y los testimonios de la época destacan la gran afluencia de visitantes que logró reunir la feria desde su primera edición. Un público muy diverso que no solo acudía por curiosidad o para comprar libros, sino también para participar en actividades paralelas. “La verdad es que nunca en España se vio el libro tan mimado, tan exaltado. En todos los ojos, en todas las edades”, recogía Benjamín Jarnés en su obra La Feria del Libro (1935). Volvió a celebrarse durante los dos años siguientes, pero en 1937 fue suspendida por la Guerra Civil.
Hasta 1944 no volvería a entrar en escena, ya con el nombre de Feria Nacional del Libro y bajo el auspicio del Instituto Nacional del Libro (INLE). Ese carácter nacional hizo que la feria viajase un año a Barcelona y otro a Sevilla.
Cambio de escenario
A principios de los cincuenta, la feria se acerca ya al centenar de casetas y en la década siguiente pasa a convertirse en un acto multitudinario, copiado por un sinfín de ciudades. Gran parte del mérito de su eclosión recayó en su cambio de emplazamiento. Del Paseo Recoletos –bautizado entonces como Paseo Calvo Sotelo– la feria hizo las maletas en 1967 para ocupar su espacio actual: el Parque del Retiro.
En los setenta, el número de casetas alcanzaba más de 200, la representación editorial superaba las 150 y las cifras de ventas se aproximaron a los 50 millones de pesetas. Algo después, en 1982, se produjo un cambio importante en la organización: de Feria Nacional del Libro se convierte en la Feria del Libro de Madrid. Hasta la llegada del nuevo siglo, el número de casetas y visitantes siguió aumentando, así como la polémica sobre la lista de los libros más vendidos del evento, eliminada desde 2001.
En la última década, la organización ha estabilizado su funcionamiento, pero los años de la crisis han hecho que la feria se convierta para algunos en el momento decisivo del año. Depende del sector, pero también de la temática. Las expectativas de las grandes editoriales no son las mismas que las de las pequeñas. Los objetivos también son distintos según el tipo de librería que participa.
El rol de la Historia
“¿Hasta qué grado necesita la vida los servicios de la Historia?”, se preguntaba el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. “La Historia debiera aspirar a ser el gran libro optimista que enseñase al hombre a creer en sí mismo. A vivir con intensidad creciente”, se respondía a sí mismo Benjamín Jarnés en su libro anteriormente mencionado. Del éxito de El hombre prehistórico y los orígenes de la humanidad de Hugo Obermaier, en las primeras ediciones del evento, a la bocanada de aire fresco que supuso La España del siglo XX, de Manuel Tuñón de Lara en los años sesenta, los formatos han ido cambiando. Pero las obras vinculadas a la disciplina histórica no han perdido vigencia, porque sigue existiendo un enorme interés por conocer el pasado.
* Artículo publicado en La Aventura de la Historia, número 200.
Feria del Libro de Madrid 2019
Lugar: Parque del Retiro
Fechas: del 31 de mayo al 16 de junio de 2019
País invitado: República Dominicana