El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas alcanzaban el campo de exterminio de Auschwitz, donde solo permanecían los débiles y enfermos que no habían podido ser evacuados. Tan solo quedaban 2.819 supervivientes, muchos de ellos moribundos. Los soldados soviéticos encontraron 348.820 trajes de hombre y 836.255 abrigos y vestidos de mujer. Aunque los hornos crematorios llevaban diez días apagados, el hedor de la muerte persistía en el aire.
Conforme los soldados soviéticos del mariscal Koniev avanzaban hacia el oeste de Polonia por la carretera que desde Cracovia conduce a la población de Oswiecim, comenzaron a percibir un olor muy especial, que se intensificaba si el viento soplaba hacia el Este.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: