Narra el famoso viajero Ibn Battuta († 1369), el Marco Polo musulmán, que en la ciudad de Siyilmasa, al sudeste del Atlas marroquí y famosa por sus excelentes dátiles, adquirió varios camellos que estuvo alimentando durante cuatro meses con el objetivo de cruzar el desierto del Sáhara hacia el “país de los negros”. Así, en febrero de 1352 se ponía en camino, junto a un grupo de mercaderes, hacia Taghaza, famosa mina de sal y primera parada en el largo y duro trayecto que les esperaba. Caravanas como esta, que solían viajar en invierno y durante la noche para evitar las horas más calurosas, podían consistir en decenas o hasta miles de camellos, y eran guiadas por bereberes nómadas que conocían las rutas y los pozos.
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