Para entender por qué ganaron la guerra los Aliados, resulta muy esclarecedor hacerse una idea del extraordinario potencial económico que pusieron sobre el tapete, especialmente Estados Unidos. Los norteamericanos comprendieron que la guerra moderna tenía un carácter industrial, en el que jugaría un papel determinante la logística y la intendencia. Así, tras el desembarco en Normandía, los norteamericanos calcularon que sus soldados consumían diariamente 18.584 kilos de material, desde el combustible y la munición a la goma de mascar. A eso había que añadir la heterogeneidad de esos suministros, 800.000 artículos distintos, ocho veces más de los que tenía entonces a la venta la famosa cadena de grandes almacenes Sears.
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