Hay pocos episodios en la historia de Occidente que hayan suscitado tantas especulaciones como la caída del Imperio romano. El colapso de la civilización romana tiene todos los ingredientes que se esperan para un final apoteósico: decadencia moral, deslealtad política, corrupción, aumento de la pobreza, epidemias, refugiados solicitantes de asilo, invasiones bárbaras y guerra. Su atractivo radica probablemente en las similitudes que percibimos entre nuestro convulso presente y el largo periodo que vivió el Imperio romano entre los siglos III y V.
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Exelente resumen.