¿Hemos de conformarnos con la imagen estereotipada de los emperadores romanos, que nos ofrecen las fuentes literarias antiguas, sustentadas tanto en fechas de reinado y detalles de política interior y exterior como en chismes, calumnias y mitos que tratan de individualizar el carácter de cada dinasta? ¿O conformarnos con la aburrida e intrincada serie de dinastías que las tradicionales historias de Roma ofrecen sobre los sucesivos gobernantes del imperio?
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