La fundación de la Colonia Lepida en Velilla de Ebro en el año 44 a.C., que se convirtió en el centro del territorio romano en el valle hasta la creación de Caesaraugusta, en el año 14 a.C., significó la desarticulación de las sociedades íberas sedetanas de la zona tras la conquista y afianzamiento de la administración romana. La romanización impuso unas pautas de vida con el surgimiento de numerosos núcleos urbanos, un nuevo sistema de carreteras, que vertebró todo el territorio, la explotación agrícola en el valle, la producción de excedentes… No es de extrañar que en la ocupación de las legiones romanas, en la zona del río Martín, rica en producción agrícola y densamente poblada en la época, los romanos establecieran una amplia red de asentamientos, normalmente situados en la cima de una pequeña loma.
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