Al norte de la provincia de Cáceres, Las Hurdes es un territorio de profundas gargantas y precipicios de vértigo, de valles y pizarra, de jaras y madroños, de pinos y olivos, de miel y polen, de silenciosas alquerías y pueblos que parecen pesebres, de gentes trabajadoras y sencillas, y una arquitectura plenamente incorporada en el medio natural circundante. Una comarca formada por seis municipios (Caminomorisco, Casar de Palomero, Casares de Las Hurdes, Ladrillar, Nuñomoral y Pinofranqueado) y treinta y seis alquerías, que ocupa una superficie de 582,07 kilómetros cuadrados, habitada por 6.250 personas.
La primera referencia histórica se remonta a finales del siglo XIII, cuando, en 1274, san Francisco de Asís, en un viaje desde su Umbría natal hasta Portugal, pasó por esta comarca, fijando el lugar donde debía levantarse el convento de Los Ángeles, en el extremo sudoeste del extenso municipio de Pinofranqueado, considerado como el símbolo espiritual de Las Hurdes.
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