Mis héroes históricos acostumbran a ser personajes que partiendo de tenerlo todo en contra, superaron todo tipo de obstáculos para sobrevivir, se propusieron objetivos, usaron sus armas, hallaron sus aliados y, no solo sobrevivieron, sino que mejoraron notablemente el destino que aparentemente tenían trazado.
Tuvo don Juan de Austria, que no llegó a casarse nunca, dos hijas reconocidas: una en Nápoles, doña Juana que, protegida por su tía Margarita de Parma, logró llevar una vida normal y casarse con un noble italiano, el príncipe de Butera. La otra, Ana, en España, lo tuvo mucho más difícil.
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