Ramón Llull fue un filósofo, místico, pensador; pero fue, sobre todo, un hombre de acción, un apologeta, un reformador y un gran experto en la autopromoción. Los datos autobiográficos que proporcionan algunas de sus obras, como Libro de contemplación, Canto de Ramón, Desconsuelo y, sobre todo, Vida coetánea, deben ser utilizados con una gran cautela.
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