Claves: en Estados Unidos y buena parte de Occidente, la guerra de Corea entre 1950 y 1953 se conoce como “la guerra olvidada”, en cierta medida debido a que esta confrontación quedó en una tierra de nadie desde la perspectiva estadounidense, pese a que murieron 33.000 de sus soldados en combate. No fue la gran victoria contra el Eje ni el trauma que vivirían en las siguientes décadas en Vietnam. En cambio, en la República Popular China, el conflicto es un fuerte instrumento de propaganda para el régimen comunista y se conmemora ampliamente.

Lewis Burwell Puller (1898-1971) era un oficial de la infantería de marina de los Estados Unidos experimentado. Había combatido en Haití y Nicaragua y se había distinguido en diferentes escenarios del Pacífico durante la II Guerra Mundial. Pero fue en la guerra de Corea (1950-1953) donde Chesty Puller pronunció una frase para la historia militar estadounidense: “Llevamos tiempo buscando al enemigo. Por fin lo hemos encontrado. Estamos rodeados. Eso simplifica las cosas”.

Puller y sus hombres se encontraban en las inmediaciones del embalse de Chosin, una zona muy montañosa de Corea del Norte cercana a la frontera con China. Y, efectivamente, estaban casi cercados por grandes contingentes de tropas sino-norcoreanas, que habían lanzado una audaz ofensiva contra la fuerza multinacional de la ONU liderada por Washington que se había adentrado al norte del paralelo 38, la línea de latitud que dividía Corea en dos zonas desde 1945.

Luchando en condiciones muy duras, con temperaturas que rondaban los -30 ºC bajo cero y hacían imposible cavar trincheras profundas, los marines iniciaron en diciembre de 1950 un repliegue en el que ambos contendientes sufrieron miles de bajas. La batalla cambiaba la dinámica de una “guerra olvidada” –así se la conoce en EE UU y buena parte de Occidente– que, pese a que acabaría estabilizándose en 1951 de nuevo en torno al paralelo 38, se convirtió en un fuerte instrumento de propaganda para el régimen comunista y marcó las relaciones futuras entre las dos superpotencias. La guerra de Corea también marcó el inicio de las tensiones entre la República Popular, EEUU y Taiwán.

Una imagen de aquella batalla ilustra la portada de un ejemplar que dedica su Dossier al último espasmo de felicidad del Imperio español en 1625 y analiza, entre otros muchos temas, la trayectoria de dos protagonistas capitales de la Restauración, Antonio Maura y Pablo Iglesias, fallecidos hace un siglo. Feliz lectura y feliz Navidad.

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