Ha pasado a la Historia de andar por casa como un rey innoble, un guerrero torpe y un hombre pusilánime y llorón. Y la culpa de esa imagen tan penosa la tiene su propia madre, una bruja de mucho cuidado que no tuvo el menor empacho en soltarle, cuando más hundido estaba, esa frase atroz: “Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”.
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