El 1 de octubre de 1700, el Consejo de Castilla elevó a Carlos II una breve y apremiante consulta para que decidiera la cuestión sucesoria. “Señor: La enfermedad de V. M. que tiene atrabesado nuestro corazón nos acuerda la obligación de representar a V. M. el abismo de confusión con que quedarían estos reinos si V. M. faltase sin dejar dadas sobre la sucesión las más propias y eficazes providencias que preserbasen a sus basallos de las turbaciones de adentro y de los evidentes riesgos de afuera”.
Un día después, el rey firmó su último testamento, que en su cláusula 13 abordaba la cuestión sucesoria: “Declaro ser mi sucesor, en caso de que Dios me lleve sin dejar hijos, al Duque de Anjou, hijo segundo del Delfín, y como tal le llamo a la sucesión de todos mis Reinos y dominios, sin excepción de ninguna parte de ellos. Y mando y ordeno a todos mis súbditos y vasallos de todos mis Reinos y señoríos que en el caso referido de que Dios me lleve sin sucesión legítima le tengan y reconozcan por su rey y señor natural, y se le dé luego, y sin la menor dilación, la posesión actual, precediendo el juramento que debe hacer de observar las leyes, fueros y costumbres de dichos mis Reinos y señoríos”.
Todavía el 21 de octubre, el doctor Christian Geelen consideraba que el rey estaba fuera de peligro y que se podía esperar que tuviera descendencia. Pero el 1 de noviembre, tras una larga agonía, el monarca murió. Quince días después, el 16 de noviembre, Luis XIV de Francia aceptaba el testamento y proclamaba a su nieto Felipe de Anjou como rey de España, inaugurando una dinastía, la de los Borbones españoles, que desde entonces –exceptuando los reinados de José I y Amadeo I de Saboya– ha ocupado el trono. Cuatro especialistas analizan en el Dossier de este mes la trayectoria de sus diferentes reyes y examinan las épocas y formas de monarquía en las que vivieron y actuaron.
A él dedicamos la imagen de portada de un número que se completa con numerosos artículos interesantes. Entre ellos, un análisis del gobierno de Carlos Arias Navarro y su intento infructuoso de detener el derribo del régimen franquista; un texto sobre la batalla del castillo de Itter, la más extraña de la Segunda Guerra Mundial; una investigación sobre el llamado «escándalo del millón de Larache», en el Protectorado español de Marruecos; un reportaje sobre la batalla del río Kalka (primera gran victoria de los mongoles sobre los ejércitos occidentales); o la presentación de una exposición que arroja más luz sobre la cultura tartésica.
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