A principios del siglo XVI, los descendientes de musulmanes, antes llamados mudéjares y ahora oficialmente “cristianos nuevos de moro”, se encuentran obligatoriamente bautizados y sometidos a una serie de medidas aculturizadoras: prohibición de la lengua árabe, cambio de nombre personal por uno cristiano, transformación progresiva de vestimenta y costumbres festivas. Forman bolsas de población que han quedado en territorio conquistado de al-Ándalus, están sujetos en general a señores feudales y han perdido un estatuto jurídico definido tras el final de la etapa mudéjar. En teoría, el poder monárquico los ha incluido como súbditos de nuevo cuño, han dejado de existir como grupo.
Artículos de este dossier
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: