El sacrificio humano practicado por los aztecas, o mexicas, despierta desde la incómoda aceptación hasta el repudio, la negación e incluso la censura, pues fuera del ámbito académico ha sido juzgado a partir de parámetros ajenos al mundo mesoamericano. Para entender esta práctica hay que explicarla desde el punto de vista de los antiguos mexicanos. Los sacrificios humanos desempeñaron un papel muy importante en la cosmovisión de los aztecas. No sabemos con exactitud con qué frecuencia tuvieron lugar esos ritos. Pero, igual que sin el sacrificio de Jesús no podríamos comprender el cristianismo, la religión azteca sería incomprensible sin reconocer estos rituales, de los que dan evidencia hallazgos arqueológicos, pinturas indígenas, algunos bajorrelieves en piedra, obras de evangelizadores y testimonios de cronistas españoles, como Bernal Díaz del Castillo.
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