Con apenas veinte años, el oscense Fidel Pagés Miravé llegó como segundo oficial médico a Melilla el 24 de julio de 1909. Dos días antes se habían producido casi 300 bajas españolas entre muertos y heridos. A los tres días de su desembarco, ocurrió el conocido como Desastre del barranco del Lobo, con mayor número aun de bajas. Trabajo estaba claro que no le iba a faltar al joven médico militar.
Hacía poco que acababa de sacar su oposición con el número tres de su promoción, tras cursar su carrera en la Universidad de Madrid en las facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias. “El Cangrejo”, pues nunca dejo de mostrar la cara al enemigo, aún retrocediendo, juró bandera ante el Regimiento de Infantería Asturias 31. El 30 de junio fue destinado al Hospital Militar de Carabanchel. Pero pronto iba a comenzar su andadura como médico militar sobre el terreno. ¡Y qué terreno! Nada menos que la guerra de Melilla.
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