Rebatiña en la Conferencia de Yalta

En la cumbre de febrero de 1945 no comenzó la Guerra Fría, pero Stalin no cedió en Polonia y se aseguró el este de Europa. Setenta y cinco años después desgranamos las claves de aquella conferencia, la última de los "Tres Grandes", decisiva en el devenir europeo, el del Lejano Oriente y el de las relaciones internacionales

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Mientras las delegaciones de EE UU y Gran Bretaña llegaban al aeropuerto de Saki, cerca de Eupatoria, a 200 kilómetros de Yalta, en el mar, buques de ambos países vigilaban todas las posibles contingencias y dos cruceros –el británico Franconia y el norteamericano Cacoctin–forzaron la teórica neutralidad de Turquía y fondearon en el Mar Negro, para servir como enlaces de comunicaciones. Se necesitaron seis horas para recorrer el penoso camino desde Eupatoria hasta Yalta, entre bruscos cambios de temperatura, que pasaban de la nieve a un sol tórrido.

Los líderes de Gran Bretaña, EE UU y la URSS y sus asesores en política exterior: Winston Churchill y Anthony Eden; Franklin D. Roosevelt y Edward Stettinius, y Jósif Stalin y Viacheslav Molotov.

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Pablo J. de Irazazabal
Pablo J. de Irazazabal
Periodista y profesor de Relaciones Internacionales

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