Durante el año 1949, el arqueólogo G. Buchner comenzó a trabajar en la Superintendencia Arqueologica de Nápoles; su nuevo cargo le permitió dar comienzo a una serie de excavaciones, ubicadas en la colina de Castiglione y en el valle de San Montano (Lacco Ameno), situado en la isla de Ischia. En este último lugar, Buchner encontró la necrópolis de la colonia griega de Pitecusas, fundada por los eubeos en el siglo VIII a.C. y considerada como la primera situada en territorio occidental. Al dar comienzo con la excavación, empezaron a aparecer diversos hallazgos de gran importancia (entre los que se encontraban esculturas, joyería y, sobre todo, cerámica). Animados por los primeros descubrimientos, las excavaciones continuaron hasta llegar a la campaña de 1953-1954, momento en el que se encontró una de las tumbas más interesantes de toda Pitecusas, la número 168. En ella había una curiosa copa.
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