En la iglesia de San Román de Toledo, los asistentes al Primer Congreso Iberoamericano de Aeronáutica descubrieron una lápida para honrar al extraño monje que yacía enterrado en aquel lugar, que rezaba lo siguiente: “En este templo de san Román Mártir, reposan los restos de Don Bartolomé Lorenzo de Guzmán, presbítero portugués nacido en la ciudad de Santos –Brasil– en el año de 1685. Primer inventor de los aerostatos”.
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