Bajo la advocación católica de san José, cada 19 de marzo se celebra el equinoccio primaveral con pólvora y quema de muñecones en un centenar de poblaciones de la Comunidad Valenciana. Su nombre festivo, fallas, proviene del latín facula, que significa “hacha o pequeña antorcha”. Y por ampliación, “fogata”.
El más antiguo documento sobre esta fiesta data de 1740: una orden municipal de Valencia que prohíbe quemar fallas por la estrechez de las calles; en cuanto a los personajes, aparecen mencionados en 1792. En el siglo XIX la falla se convierte en una tarima de madera con figuras o ninots a tamaño real con máscaras de cartón, simulando una caricaturesca escena teatral. Por entonces también se levantaban en Alzira, Játiva, Gandía y Sueca.
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