En una frase atribuida a Joseph Goebbels, el gran artífice de la propaganda nazi, se afirmaba que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Siguiendo este principio, el III Reich editó infinidad de obras que negaban el ataque contra el catolicismo en sus fronteras, una cuestión que generó graves tensiones entre la España franquista y la Alemania hitleriana desde los años de la Guerra Civil. Los medios informativos nacionales más próximos a la jerarquía eclesiástica española –que criticaban el carácter pagano del aliado germano–, así como algunos de sus miembros más relevantes –tales como el propio cardenal Isidro Gomá, arzobispo de Toledo y, por tanto, primado de España–, denunciaron de manera constante este tipo de maniobras.
Una queja tras la que no solo se expresaba un sentimiento de hermandad con los religiosos germanos, sino el rechazo ante aquellos elementos del régimen, como Falange, más próximos a las tesis de sus homólogos del NSDAP.
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