Como dijo Mijaíl Gorbachov, la Revolución rusa fue un acontecimiento que cambió el curso de la historia para millones de personas. Pero, a pesar de su promesa de unir voluntades, dividió el mundo. En muchos casos fue una tragedia bañada en sangre, pero también puso el foco en valores trascendentales, como la esperanza en un futuro mejor. En su famoso discurso ante la ONU, pronunciado en 1988, el último secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) llegó a equiparar su grandeza con la de la Revolución francesa, al manifestar que “ambas y cada una a su modo dieron un gigantesco impulso al progreso humano”. Las palabras de Gorbachov, sin dejar de ser muy discutibles, tienen mucha relevancia por quien las pronunció, ya que él heredó, como máximo responsable del sistema soviético, todos los claros y los oscuros que provocó la victoria de los bolcheviques en el golpe de Estado de octubre-noviembre de 1917.
Cinco factores decisivos
La Revolución de Octubre fue la consecuencia de un cúmulo de circunstancias endógenas y exógenas, un torbellino de hechos y comportamientos que, aislados y desconectados entre sí, no habrían terminado desembocando en la toma del Palacio de Invierno. Estos son los factores esenciales:
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.un interesante siempre es justo repeler más para aprender más del.mundo contemporáneo en el que vivimos
La revolución rusa era inevitable. Por un lado si el Zar hacia esos cambios se le sublevaba la nobleza y si no hacía nada pues paso lo que pasó. El Zar solo vivió el modelo hasta donde pudo. Aunque el noo sabía.