Al ser titulados “por la gracia de Dios”, los reyes han sido figuras cuasi sagradas, luego atentar contra su vida significaba delito de “lesa majestad”. Ello no ha impedido, no obstante, que estos intocables personajes sufrieran la ira de sujetos o grupos que pretendían, mediante su asesinato, forzar un cambio de gobierno, legitimar en el trono a otro candidato o cometerlo por otros fines y motivaciones.
El intento de regicidio se ha practicado en la península ibérica desde la Antigüedad, principalmente en tiempo de los reyes godos, pero será en los siglos XIX y XX cuando en España la figura del monarca sea objeto del mayor número de atentados. Alfonso XII llegó a tener dos en su haber. Pero, a partir de los Reyes Católicos, todos los intentos regicidas en España fueron abortados o fracasaron.
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