Las guías de viajes afirman que Miami es playa, sol y mar de azul infinito, que la diversión abunda y los precios son más económicos que la media europea. Todo eso es cierto, pero hay más: la aún joven ciudad estadounidense es incluso más que autopistas, barrios, jardines y edificios altos que parecen tocar el cielo. Tiene historia, una oferta cultural que ansía ser reconocida y una avalancha de nacionalidades hispánicas que singulariza a la ciudad.
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